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Situación de Aprendizaje: Resuélveme un cuento

¿Pueden las máquinas escribir ecuaciones sobre ovejas eléctricas?

El mundo de la Inteligencia Artificial se ha puesto de moda con el vertiginoso salto que ha supuesto la salida del software ChatGPT, una herramienta que llega de forma sorpresiva para la mayoría del público, pero que no es más Una oveja soñando con resolver ecuacionesque otro paso más de esta rama de la tecnología que ha dado pasos de gigantes en cuestiones como reconocimiento de formas, problemas de optimización o de clasificación.

ChatGPT es capaz de componer textos coherentes según nuestras instrucciones (promts): desde códigos de programación a respuestas en nuestro lenguaje de cualquier cuestión. Puede escribir cuentos, puede inventar ecuaciones, y puede resolverlas. Ante semejante potencial ¿Debemos intentar ocultar la existencia de este programa a nuestros alumnos? ¿O es mejor explicarles cómo funciona y que intenten sacar el mayor partido posible?

Optamos por la segunda. Es más, ya hay muchos chicos que usan ChatGPT. Algunos para intentar hacer trampas, por supuesto. Pero tienen que aprender que no pueden delegar en la máquina si no son capaces de hacerlo por ellos mismos. Porque ChatGPT necesita ser guiado por nuestras instrucciones o prompts.

La idea de esta situación de aprendizaje es la siguiente: Los libros de matemáticas están repletos de problemas donde siempre suceden cosas, pero sólo nos centramos en los números. Luis lleva una docena de huevos y se le caen 2. Todos aprendemos que le quedan 10, pero nadie se preocupa por Luis ¿quién es? ¿por qué fue a por huevos? ¿Cómo se le cayeron?

Entonces, ¿Por qué no pedirle a la máquina que invente un cuento sobre algún personaje susceptible de pertenecer a una colección de problemas? Y luego, pedirle que invente un problema cuya resolución sea, en este caso, una ecuación de primer o segundo grado cuya solución sean números enteros. Con todas estas historias generadas, y sus problemas, editaremos una pequeña recopilación de cuentos, y resolveremos nosotros mismos las ecuaciones que ha ideado la máquina.

Justificación

Un robot hablando con un estudiante
Licencia: CC BY

Tal y como están planificados los saberes básicos en matemáticas, hay una repetición de conocimientos durante todos los cursos, que van aumentando en dificultad, pero que pueden llegar a ser tediosos en la práctica. Es el caso de las ecuaciones de primer y segundo grado, que se han ido resolviendo desde primero de ESO, y que no suelen ser del agrado de muchos alumnos.

Por otro lado, la evidencia tras la rutina de pensamiento según el modelo de Gibbs, necesitamos una mayor implicación del alumnado en clase, que participe de forma activa y responsable, sin trampas.

Cada alumno debe participar con su historia, eso significa que pierde relevancia la dificultad inherente al tema, y la memorización (nivel más bajos dentro de la taxonomía de Bloom) y gana protagonismo la creación (nivel más alto de dicha taxonomía).


Además, ganan protagonismo las competencias digitales, que pasan de ser una ayuda (el programa que usabamos, “matemático.es”, servía de refuerzo a las clases) a ser la herramienta básica de trabajo. ChatGPT es una herramienta de última generación que aparece constantemente en las páginas de los periódicos con cierta polémica. Lejos de demonizarla, los docentes ya la están integrando en las actividades diarias, conocedores de que muy pronto van a invadir todos lugares. Es una oportunidad también para que entiendan que estas herramientas hay que usarlas con conocimiento y responsabilidad.

De la práctica reflexiva también hay que tener en cuenta los detalles que anteriormente se escapaban. Para que funcione, los chicos deberán hacerse una cuenta en ChatGPT, y para ello les sirve la cuenta corporativa del centro. Además, se debe evitar que hagan trampas, que seguro que con la motivación va a conseguir mayor implicación en ese sentido.

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